Elementos de la Policía Nacional Civil de El Salvador
El oficial de ejército se destina a la seguridad de la patria y el oficial de policía a la seguridad de la sociedad. Ambos velan por la ley. El primero, por la soberanía de la nación y el segundo, por el respeto a las garantías constitucionales, el fuero de todo lo relacionado con lo civil. El primero pertenece al magisterio de la patria y el segundo al magisterio de la justicia. Vale decir que entre el magisterio de la patria y el magisterio de la justicia, las equivalencias de abnegación, sacrificio y nobleza son equivalentes, razón por la cual ambos merecen el mismo respeto, las mismas honras y atributos gratitud. El primero se yergue en contra de los enemigos del régimen o de la nación y el segundo contra los enemigos de la sociedad.
Elemento del GOPES Policía Nacional Civil de El Salvador
durante operación de combate a las Maras
El oficial de policía, iluminado, lleno de fe, construye el orden público, defiende la vida del ciudadano, garantiza el derecho de propiedad, las fortunas personales de orden material y espiritual, las costumbres, la tolerancia, el derecho a transitar y el esparcimiento del pueblo. Confronta a cada instante a los malhechores, poniendo en riesgo su propia vida y la felicidad de sus dependientes. Es un valuarte de la autoridad constituida, por tanto sus atribuciones y la manera en como las ejecuta marcan un claro límite con el oficial de ejercito. El que busca ser lo que no es, se elude y cae en ridículo.
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