viernes, 5 de septiembre de 2008

LA RABIA Y EL DESEO

Tengo ya muchos años de trabajar en el sistema de seguridad pública y justicia penal, días antes de la marcha “Iluminemos México” un amigo me preguntó si asistiría a la que fue convocada en mi ciudad, le dije que no.

Dije eso, no porque consideré que el manifestarse es algo inútil, por el contrario, pienso que es importante que los ciudadanos manifiesten libremente su opinión, sobre los asuntos importantes del gobierno. No asistí por pudor, por vergüenza, por pena ajena, como se dice en el lenguaje coloquial. No me da pena desempeñarme en esta difícil área, me da pena ver como el tiempo pasa y las cosas cambian para mal en la seguridad del gobernado.

Trabajar en esta área como es previsible en nuestras precaria democracia, va aparejado con temporadas en el desempleo institucional, como me pasó el año pasado. Me recupero de un año muy difícil en lo personal, un periodo de desempleo de casi un año. Las circunstancias en que se dio esta situación personal, me recuerdan lo endebles que son aun los procesos institucionales en México.

En la Dirección General donde me desempeñaba apareció un muchacho, cuando se presentó ante nosotros, lo primero que nos dijo era que no tenía experiencia ni mucho conocimiento, así con esas palabras. En ese momento vino a mí una imagen y me vi, como uno de los Aztecas, que salieron desde el acaso mítico Chicomostoc, dirigidos por Tenoch y en el transcurso del periplo le pregunta al sacerdote:

-¿Ey Tenoch, como vamos?

Y este respondiera:

-Pues mira, no se, porque no tengo mucha experiencia ni conocimiento en seguir augurios.

Nomás no se hubiera fundado el imperio Azteca


No sabía que sus paniaguados estaban confeccionando una lista de personas que había que sacar de la secretaria, a mi, el imposible Tenoch me pidió la renuncia el 23 de diciembre del 2006. Me mando a llamar, eligió un día antes de navidad, creo por maligno, y con un tono soberbio me dijo:

-Le tengo una mala noticia licenciado, le voy a pedir la renuncia

Respondí

-Le tengo otra mala noticia licenciado, no para usted por supuesto, sino para la institución, se la voy a dar.

Entregué mi responsabilidad y 17 mil documentos de investigación sobre pandillas y grupos antisociales y me fui, me dolía no el dejar mi responsabilidad, me dolía la incertidumbre de mi familia y me daba coraje la gente que no construye sino destruye.

Estuve tocando todas las puertas posibles y hasta las imposibles, curriculum en mano, consumiendo el poco patrimonio que tenía, un terreno comprado con mucho esfuerzo y un carro austero modelo 2000. Para mi fortuna, el mes de septiembre del año pasado después de varios meses de desempleo, cuando ya estaba por irme a Estados Unidos de migrante, me encontré por casualidad con quien es ahora mi jefe y había sido mi vecino de cubículo hacía algunos años.

-¿Dónde andas? – me preguntó

-En la RENATA licenciado

-¿En al RENATA?

-Si, en la Reserva Nacional de Talentos

-Pinche Monzón no cambias

-Genio y figura

Me recibió dos días después y me integro a su equipo para hacerme cargo de lo relacionado con Pandillas. Regrese sin más recomendaciones que mi trabajo y agradecí el gesto del hombre, se que los puestos son temporales. Fui formado pensando que el dinero público es sagrado, se junta con los centavos que le quitan al huérfano y a la viuda para juntar una bolsa de esperanza que se llama bien común. No saber sobre la materia y cobrar un sueldo es corrupción. El sufrido gobernado nos paga por ser y por saber. Ser abnegados y saber de lo que hablamos. Por eso me daba pena ajena el día que marcharon, quiero acompañarlos sin embargo, con la esperanza compartida de construir policías que sean dignas de ese nombre, dignas de esta patria ya pronto bicentenaria. Se que se puede, otros lo han hecho, falta voluntad política y ciudadanos comprometidos. Cuando pienso en ello me viene a la mente esas dos palabras: la rabia y el deseo. Quisiera compartirlo contigo querido lector-ciudadano.

2 comentarios:

alejandro martínez dijo...

Lo felicito señor Monzón por su inspiración. No creí que en México aún hubiese ese hálito para mirar las cosas con tanta inteligencia y honestidad.

Soy un servidor público (poder judicial) que busca comprender mejor el derecho penal.

Toparme con su blog ha sido alentador, no sabía que se podía comprender de la forma en la que usted lo hace la labor del guardía de una sociedad.

Alejandro Monzón dijo...

Muchas gracias por su comentario, es alentador encontrar más personas que buscan comprender los asuntos que el sufrido gobernado nos entrega bajo nuestra responsabilidad, tal es el privilegio y la responsabilidad

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